En el año 1665, por decreto del Papa Alejandro VI, al celebrar unas fiestas en honor a la Purísima Concepción, se modificó el nombre de esta Roca, que anteriormente se denominaba “ María del Te Deum”. Su construcción se remonta al 1542 aunque hay constancia  que con anterioridad a dicha fecha ya se hablaba de la existencia de rocas con idéntico nombre.

En la parte delantera de la roca hay una escultura de Santa Elena, madre de Constantino el Grande con la Cruz y en la posterior una Judith con la cabeza de Holofernes, que con su fe y su valentía salvó a su pueblo.

En la parte superior de está la Imagen de la Inmaculada, teniendo como detalle que en elugar de llevar las manos juntas, las lleva cruzadas a la altura del pecho. En la base , a sus pies está la imagen del Niño Jesús con una vara de azuzenas y dos cirios. En el pedestal figura la siguiente inscripción:

“ Toda pulcra es María”.

En la base de la Roca se encuentran los símbolos marianos, a su derecha el Sol, una Fuente y la Puerta del Cielo, mientras que a la izquierda se hallan la Luna, la Paz y el Arca de Noé.

Este tipo de simbología se utilizaba en los siglos XVI y XVII y a consecuencia de las diferentes restauraciones, estas pinturas han ido adoptando formas que se asemejan a otras como ocurre con el Sol, la Luna…etc.

Según  dicen los historiadores, a finales del siglo XIX era tradición que los estudiantes universitarios fueran a la Catedral, la desengancharan de las caballerías para ser transportada por ellos mismos.

Sobre esta roca se realizaba el “ Baile de los labradores”, interpretado por un grupo de chiquillos que representaban la pureza y la inocencia. En 1815, año histórico por la cantidad de rocas que se restauraron, se hicieron nuevas la imagen de la Inmaculada y de Judith. En el 1867 fue restaurada de nuevo y otra vez en 1897.

Hay quien dice que esta roca, representaba a Valencia hallarse en posesión de reconocer el Misterio de la Pura Concepción, del que siempre fue entusiasta defensora.